En el útero

Imagen con un bebé en el vientre de la madre en el útero

Algunas personas piensan que el período en el útero es fundamentalmente para el crecimiento físico. Por supuesto, hay algo de cierto en eso, pero hay que agregarle más a eso.

En el último período del embarazo, los bebés comienzan a hacer cosas con su cerebro. Tal vez sea exagerado decir que ellos piensan, pero los estudios muestran que los bebés comienzan a responder de manera diferente a los estímulos, ya sea desde el exterior o el interior. El cerebro está involucrado en estas reacciones. Es fascinante si tenemos en cuenta que hace menos de cien años la gente pensaba que un bebé recién nacido no era mucho más que un cuerpo con una serie de reflejos. Ahora sabemos mucho sobre los diferentes desarrollos sensoriales de los bebés cuando aún están en el vientre.

¡Tu bebé sabe cómo te sientes!

Tú sabes mejor que nadie que, como madre, estás relacionada con el bebé que llevas en tu vientre. Ya comienzas a conocer a tu bebé antes de verlo siquiera. Sabes exactamente qué significa cada patada y cada giro. ¡Y tu bebé también te conoce! ¡Él sabe, oye y siente cuál es tu estado de ánimo! El sabor del líquido amniótico depende de tu situación y tu estado de ánimo. Cada vez que tu bebé toma un pequeño sorbo de este líquido, reconoce los cambios. Él tiene una cantidad mucho mayor de papilas gustativas que un niño mayor o un adulto. Además, las papilas gustativas cubren un área mayor, toda la cavidad oral. Él es un maestro catador. La investigación ha demostrado que si de pronto tú experimentas algo estresante, el sabor del líquido amniótico cambia. Pequeños cambios, como por ejemplo durante una charla con el vecino, no son fáciles de medir. Pero cuando tú, como madre, le hablas con toda tu atención a tu bebé, por lo general eso está acompañado de una gran cantidad de emoción. Y él lo percibirá. Tales emociones intensas ayudan a tu bebé a entender mejor tu “conversación”. Emociones similares ayudan a tu bebé a aprender a hablar después del nacimiento.

Además de que él capta lo que tú estás sintiendo, tu bebé oye lo que estás sintiendo. El estado de ánimo de tu bebé está de hecho en gran parte determinado por tu estado de ánimo. Lo detecta cuando lo expresas. Lo hace por la melodía de tu voz, escuchando los cambios en el tono de tu voz. Tu voz delata las emociones que sientes mientras hablas. Las palabras no tienen que corresponder con lo que sientes, porque él no entiende su significado. Los latidos de tu corazón delatan tu estado de ánimo. Tu bebé oye cómo responde tu corazón a ciertas situaciones. Cómo aumenta el ritmo o se ralentiza cuando estás feliz, asustado o triste. Tu bebé escucha tus emociones y empatiza contigo.

Tu bebé también lee las emociones en tu respiración. Puedes estar respirando tranquilamente, a toda prisa, estar suspirando, o tomar largas pausas, y así sucesivamente. Todo esto transmite un mensaje. Un mensaje al que, a su vez, tu bebé responde a su manera particular.

Memorias del útero

Los bebés recién nacidos incluso recuerdan cosas del vientre, aunque no son conscientes de ello. La investigación ha demostrado, por ejemplo, que la capacidad de escuchar el sonido, y no sólo oír, se incrementa significativamente entre la semana 36 y 37 de embarazo. El bebé reconoce los sonidos que ha escuchado antes. Su memoria funciona. Los investigadores descubrieron esto cuando tocaron la misma música a un bebé de 36-37 semanas de edad en la etapa dentro del útero y otra vez. Observaron el mismo movimiento cada vez que la música empezaba a sonar. Una señal de que el feto reconoció la música. Un bebé comienza reaccionando a los sonidos que escucha desde el vientre. Pero todavía no reconoce los sonidos. Para eso él debe seguir desarrollándose. Y ese desarrollo tiene lugar entre la semana 30 y la semana 36. Esta vez, el desarrollo no es en su oído sino en su cerebro.

¡Tu bebé experimentará mucho, pero muy diferente!

A pesar de que tu bebé oye, percibe gustos y siente mucho en el vientre materno, y que es capaz de “recordar” cosas, lo hace de manera muy diferente a como lo hacemos nosotros. Esto se debe a que su cerebro no funciona exactamente igual que el nuestro. Nosotros olemos que alguien a nuestro lado está usando perfume, pero no oímos ni saboreamos el perfume. Un bebé recién nacido todavía no experimenta esas diferencias en la percepción sensorial. Sus experiencias sensoriales aún están mezcladas. Todas las señales que entran a través de sus sentidos él las experimenta como un todo. Como una especie de “sopa” de experiencias. Al nacer, tu bebé ni siquiera entiende que él es un ser independiente. Él siente que es una unidad con el resto del mundo que lo rodea. Eso es algo que difícilmente podemos imaginar. Con cada salto mental tu bebé va a experimentar el mundo más de la manera en que nosotros lo percibimos. Aprende las diferencias entre distintas señales sensoriales y aprende a reconocer su propio yo.


Nota:
Esta información no es suficiente para ayudar a tu bebé a atravesar el salto. Lee todo sobre este salto en el libro y dale a tu bebé la ayuda que realmente necesita.

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